Anoche soñé
con todos los pibes que defendí en estos años
se acercaban a pedirme que no renuncie
que me quede a abrazarlos una vez más
que los asista les explique la causa de su mal
el origen de los golpes que los traían hacia mí
que escribamos el último poema y que vayamos
de la mano ante el juez de los sueños perdidos
a exigir por los próximos años
no creo irme muy lejos les decía
entonces uno de ellos el mensajero sacaba una hoja
y me la extendía
para cuando despiertes me decía y yo leía un símbolo
un símbolo que no recordaba cuando despertaba
y mi hija de 4 años me llamaba a los gritos desde su habitación
Julián Axat, "La nueva cruzada de los niños"
Pronto por Ediciones Colectivas Periféricas