El agricultor

No entiendo el canto
sin el silencio
vamos atados
a la respiración
nos apagamos
nos prendemos
y en silencio la circulación
nos mantiene flotantes
despiertos ojos
y paños con sangre

Caemos de rodillas
nos sepultamos entre sí
y seguimos cantando
la misma relojería de dios
la misma tiniebla permanente

Un agujero en el cielo
no basta para la vida

Hay que nombrar los elementos
y quedarse con ellos
sembrando el mundo

En ritmo de pájaro










Absalón Opazo, Nueva Residencia
(Buenos Aires, 2012)