Sobre mi habitación se encuentra
el altillo. Por la mañana, al despertar, escucho una gotera. Es un sonido pausado
e informe. Yo al altillo jamás he ingresado. A veces me sangran la nariz y las
encías. Tengo un sueño recurrente: veo a mi madre destruida emocionalmente,
acosada por sus cuatro hijos. Todos representamos algo. La sensación del sueño
es opresiva. Hay una oscuridad en él que no podría relacionarla con la noche o
un día lluvioso. Es una oscuridad que está dentro
de nosotros. Sobre mi cabeza, esta mañana, volví a sentir la gotera. Desperté
sudando frío, fugitivo de las pesadillas. La gota cae lentamente e inunda todo
el cuarto. Yo comienzo a sentir el peso de su significado.
Carlos Peirano, La Repetición